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Sengoku Youko: ¿Qué personaje eres?

¿Te encantan las aventuras llenas de acción, las batallas sobrenaturales y los personajes con un profundo sentido de la justicia? ¡Entonces el mundo de Sengoku Youko podría ser perfecto para ti! Esta cautivadora serie, llena de personajes dinámicos y poderes místicos, te llevará en un viaje a través de un mundo donde humanos y demonios chocan. Pero, ¿qué personaje serías en esta emocionante historia? ¿Eres un guerrero feroz, un estratega sabio o alguien impulsado por un sentido inquebrantable del deber? ¡Haz nuestro cuestionario para averiguarlo! Desplázate hacia abajo y haz clic en el botón Comenzar para descubrir tu personaje de Sengoku Youko ahora mismo.

Bienvenido al cuestionario: Sengoku Youko: ¿Qué personaje eres?

Sobre Sengoku Youko en pocas palabras:

Sengoku Youko es una serie de manga japonesa que mezcla temas históricos de samuráis con elementos sobrenaturales. Sigue a dos hermanos, Tama y Jinka, mientras luchan contra el mal y buscan la paz en un mundo desgarrado entre humanos y demonios. La historia profundiza en temas de moralidad, justicia y lo que significa luchar por el bien común.

Conoce a los personajes de Sengoku Youko

Shinsuke Hyoudou

Shinsuke es ese tipo de protagonista al que no puedes dejar de mirar aunque a veces haga cosas estúpidas (y sí, lo hará). Es terco, leal hasta el hueso y tiene una especie de brújula moral oxidada que igual siempre apunta al lugar correcto; al mismo tiempo guarda secretos que solo él entiende, o eso cree. Tiene manos callosas, una sonrisa torcida y una manía rara de preparar té a las tres de la mañana —lo juro, no sé por qué—. Protector con los suyos pero incapaz de admitir que necesita ayuda, lo cual es adorable y frustrante a partes iguales.

Senya

Senya es misterio envuelto en calma, la clase de persona que habla poquito pero cuando lo hace te das cuenta de que estaba pensando diez pasos por delante; estratega natural, casi fría en el tablero, pero con un corazón que aparece en momentos raros y pocos. Tiene una presencia serena que impone respeto, y a la vez colecciona pequeñas cosas absurdas (imanes, piedritas, ¿por qué?) que nadie espera. A veces parece distante porque mira al horizonte como si buscara a alguien que perdió, y luego se ríe por una broma mala que nadie contó. Me flipa lo enigmática que es; te dan ganas de abrazarla y preguntarle cuál es su snack favorito, aunque tal vez eso la haría huir.

Tsukiko

Tsukiko es pura precisión: elegante, afilada y con una ironía que corta más que una espada, parece calculadora pero se deja llevar por caprichos raros (colecciona plumas y canta en la ducha, sí, contradicción total). Le encanta observar desde las sombras y sabe más de lo que dice; jefaza silenciosa que manipula situaciones con una sonrisa pequeña. Pasa de ser distante a extremadamente protectora en un abrir y cerrar de ojos, lo que te hace preguntarte si no es todo una actuación. Tiene un gusto estiloso y extraño por las cosas vintage —y un chisme guardado para días de lluvia—.

Shakuyaku

Shakuyaku es como una tormenta en calma: maternal pero peligrosa, te ofrece un abrazo y luego te recuerda que sabe pelear mejor que nadie; tiene una dulzura que engaña y unos ojos que no se olvidan. Ama la cocina, las flores (su nombre lo delata) y también la violencia digna de novela, a veces incluso combina ambas cosas: pastel y combate, sí, suena raro pero funciona. Es de las que arregla todo con una taza de té y un golpe certero cuando hace falta; confía mucho en la familia, quizá demasiado. Ah, y tiene una risa que aparece cuando menos te lo esperas, le da un toque humano que rompe la épica.

Tama Youko

Tama es caos adorable, mitad criatura mística mitad niño travieso, con una energía que te revienta las ventanas de la casa si no se controla; es juguetona, feroz y con un orgullo inmenso aunque a veces se asuste de su propia sombra. Tiene poderes que no deberían ser manejados por alguien tan entusiasta (pero ahí está, haciéndolo) y una lealtad feroz hacia quienes quiere, que te deja sin palabras. Ama los dulces, las siestas imposibles y las bromas que solo ella entiende; también puede desaparecer y volver con comida, lo cual es útil. A veces parece inmadura y otras te demuestra que sabe más que todos los ancianos juntos; vive en contradicción constante y por eso la adoro.

Douren

Douren es elegante, calculador y un poco teatral —y no en el buen sentido únicamente, en el de “estoy siempre interpretando algo”—; da la impresión de que todo forma parte de un plan más grande, incluso sus gestos al beber té. Tiene un carácter frío y una ironía que cortaría el silencio de cualquier sala, aunque cada tanto suelta un comentario sorprendentemente humano que te deja pensando “¿en serio lo dijo?”. Le gustan las reglas, bueno, le gusta romperlas con estilo; controla hilos que nadie sabe que existen y sonríe mientras lo hace. Es la clase de antagonista que te fascina odiar, porque detrás de la máscara hay capas y capas que casi te compadecen.