¿Qué personaje de ‘Solar Opposites’ eres?
¿Eres fanático de la serie de televisión 'Solar Opposites'? ¿Te has preguntado alguna vez qué personaje de esta serie animada eres? ¡Entonces este quiz es para ti! En Solar Opposites, seguimos las aventuras de una familia de extraterrestres que se ven obligados a vivir en la Tierra. Cada personaje tiene una personalidad única y divertida que los hace destacar. ¿Eres el sarcástico Korvo, el optimista Terry, la inteligente Yumyulack o la rebelde Jesse? ¡Descúbrelo ahora mismo con nuestro quiz! Haz clic en el botón Comenzar para empezar a responder las preguntas y descubrir qué personaje de Solar Opposites eres realmente. ¡No te lo pierdas!

Sobre Solar Opposites en pocas palabras:
Solar Opposites es una serie animada de televisión creada por Justin Roiland y Mike McMahan. La serie sigue a una familia de extraterrestres que escapan de su planeta natal y se establecen en la Tierra. Cada miembro de la familia tiene una personalidad única y diferentes objetivos en la Tierra. La serie es una comedia de ciencia ficción que aborda temas como la familia, la cultura pop y la vida en la Tierra desde la perspectiva de seres extraterrestres. La serie ha sido elogiada por su humor inteligente y su animación impresionante.
Conoce a los personajes de Solar Opposites
Korvo
Korvo es ese científico seco y siempre enfadado que todos reconocen al instante. Tiene una moral rarísima—todo muy lógico en su cabeza—pero en el fondo es… bueno, dramáticamente incompetente con emociones, y se le notan los prejuicios aunque lo niegue (claro). Es el cerebro del grupo, crítico, perfeccionista, y mientras planifica invasiones te lanza miradas que queman; pero a veces se queda viendo comedias humanas y lo odia/ama en el mismo minuto. Tiene manías muy específicas: taza de té fría, un abrigo impecable y colecciona bolígrafos rotos por alguna razón que nadie entiende.
Terry
Terry es la energía pura: colorido, ruidoso y siempre a punto de empezar una fiesta (o una catástrofe feliz). Es el corazón del grupo, fácil de llevar, le encantan las chucherías humanas y el skate, y confunde el vocabulario con frases que suenan genial pero no siempre tienen sentido. No es bueno con la ciencia, claro, pero tiene gustos artísticos rarísimos y a veces pinta murales enormes en la casa —y eso que no sabe mezclar colores—. Salta de optimista a melancólico en segundos, lo cual es confuso pero adorable; se pone serio por cosas pequeñas (¿una planta?) y luego vuelve a bailar.
Yumyulack
Yumyulack es básicamente Korvo versión niño rencoroso: metódico, puntilloso y con mucha mala leche. Es el “pi” que organiza la colonia de mini-humanos en su caja—controlador, creativo y con una lista interminable de reglas, aunque se la salta a escondidas cuando le apetece. Tiene un sentido práctico muy frío (experimentalmente frío) y colecciona cosas en frascos, como si fuera un museo de ironía; pero también, extrañamente, le gustan los peluches y los hace dormir alguna vez. Habla con sarcasmo inmaduro y tiene una voluntad de hierro, aunque a veces se delata con gestos demasiado tiernos, tipo guardar una nota vieja.
Jesse
Jesse es la humana del vecindario que lidia con aliens y lo hace parecer normal (spoiler: no lo es). Es sarcástica, práctica y tiene una paciencia enorme—aunque la pierde con facilidad cuando las cosas se vuelven demasiado alien; también toca la guitarra o algo así, creo. Sirve de puente entre mundos: cuestiona todo, les pone límites y a la vez se preocupa de verdad por esos extraterrestres desastrosos. A veces parece súper independiente y otras veces vuelve a casa como si nada, con una bolsa llena de snacks y teorías conspirativas.
The Pupa
The Pupa es la criatura enorme que todos miman y temen a partes iguales, la esperanza biológica del plan de invasión—y también un bebé gigante con fases. Empieza como una bolita adorable que necesita cuidados (mucha comida, canciones ridículas) y luego se transforma, inesperadamente, en algo totalmente impredecible y a veces destructivo. Tiene manías infantiles como obsesionarse con los cereales y dibujar en las paredes, pero también momentos ominosos donde se vuelve seria y eso da escalofríos. La relación con los científicos es como la de un hijo con padres divorciados: confusión, devoción, regaños, y un afecto extraño que nadie esperaba.
