Sobre The Pet Girl of Sakurasou en pocas palabras:

The Pet Girl of Sakurasou es un anime que sigue la historia de un grupo de estudiantes de secundaria que viven juntos en la residencia Sakurasou. Allí, conocen a Mashiro Shiina, una talentosa artista que tiene dificultades para realizar tareas cotidianas y cuidar de sí misma. Los residentes de Sakurasou se convierten en su familia y la ayudan a adaptarse a la vida diaria mientras persigue su sueño de convertirse en una artista reconocida. A través de la serie, se exploran temas como la amistad, el amor y la superación personal.

Conoce a los personajes de Sakurasou

Mashiro Shiina

Mashiro es ese tipo de genio distraído que te rompe el corazón de lo adorable y te deja boquiabierto por lo increíblemente buena que es dibujando. Habla como si todo fuera literal (o parece que no entiende nada socialmente), pero luego pinta algo que te hace dudar de la realidad; es dulce y a la vez aterradora cuando se concentra. Se olvida de comer, de cambiarse, de dónde dejó los zapatos —y sin embargo tiene una disciplina artística que nadie espera—, es medio catlike, medio niño prodigio. Ah, y tiene esa mirada perdida que te hace querer protegerla y al mismo tiempo lanzarle un libro de etiqueta social (pero no, eso no funciona).

Nanami Aoyama

Nanami es la típica trabajadora incansable con una vena romántica que siempre está sacrificando sueño y comidas por sus metas (y por un cierto chico, admitámoslo). Responsable hasta doler, práctica y con una paciencia enorme, pero de vez en cuando explota en momentos muy melodramáticos tipo “¡esto es injusto!” —muy humana, vamos. Tiene un lado dulce que empieza a asomar cuando se relaja, y colecciona tazas de café como quien colecciona recuerdos de batallas ganadas. A veces parece de acero y otras veces se rompe por un proyecto fallido o una carta no enviada; contradictoria pero totalmente real.

Ryuunosuke Akasaka

Akasaka es el hacker silencioso que vive en su mundo de código, emojis y ventanas flotantes; habla cero pero comunica muchísimo con pantallas y memes (y sí, es increíble). Tiene el aura de quien sabe más de lo que muestra: brillante, irónico, raramente presente físicamente pero siempre esencial en emergencias tecnológicas. Ama la vida en pijama, snacks infinitos a su alrededor y protocolos raros; es social a su manera, que suele ser a través de chats a las tres de la mañana. Es misterioso, ligeramente antisocial pero leal hasta los huesos, y de vez en cuando deja caer perlas de sabiduría que nadie esperaba.

Jin Mitaka

Mitaka es el fotógrafo despreocupado que aparece como si siempre tuviera el viento a favor y una cámara en la mano; cool sin esfuerzo y con un humor seco que mata (pero en realidad es dulce). Le encanta capturar momentos y, curiosamente, detesta posar; siempre persiguiendo la naturalidad pero preguntando mil cosas incómodas a la gente para que “quede real”. Es un poco flojo, un poco poeta venido a menos, y tiene la costumbre molesta de soltar verdades mientras sorbe su café. Dices que es superficial y luego te regala una foto que te deja sin aliento —contradicción viva, ¿no?

Misaki Kamiigusa

Misaki es caos puro con talento explosivo: hiperactiva, dramática y creativa hasta el tuétano, actúa como si la vida fuese un escenario permanente. Se come los focos con su energía, improvisa, canta, baila y cuando se enfada hace monólogos que dan miedo (en el buen sentido). Tiene celos, sí, y es muy intensa en el amor y la amistad —pero también es la primera en defenderte con uñas y dientes; extremadamente leal. Ah, y colecciona cosas random como pegatinas y frases épicas; puede ser adorablemente inmadura y a la vez más profunda de lo que aparenta.

Maid-chan

Maid-chan es esa presencia inesperada que parece salida de un cosplay y del mejor cliché kawaii, pero con un trasfondo que te hace querer saber más (sí, misteriosa y adorable). Ama la limpieza, los dulces y las expresiones exageradas; actúa como si viviera en un anime y parte de la razón es que quizá lo hace, vaya uno a saber. Tiene momentos extrañamente sabios entre tanto saludo y reverencia, y a veces habla como si comprendiera secretos adultos (pero luego confunde “planchar” con “tocar el piano” y todo vuelve a ser adorable). Es pequeña pero imponente, y aparece cuando menos te lo esperas para arreglar un desastre emocional o un desorden literal.

Sorata Kanda

Sorata es el corazón cansado pero incorruptible del grupo: responsable, eternamente exhausto, lleno de sueños grandes y facturas impagas emocionales (literal y figurativamente). Quiere sacar adelante sus ideas y proteger a los demás, sobre todo a Mashiro, aunque a veces se frustra y explota en sarcasmo desesperado —muy humano, muy querido. Es perseverante, torpe con las palabras románticas, y tiene esa mezcla de rabia dulce y ternura que te hace querer gritarle para que se dé un descanso. Lo ves gruñendo por la mañana y luego organizando una crisis artística a las tres de la madrugada; contradictorio pero totalmente real.